
No tiene por qué avergonzarse si le pone nervioso conducir por la ciudad: mucha gente se siente igual. Lee estos consejos para sentirte menos nervioso al conducir en una ciudad con mucho tráfico.
¿Le pone nervioso conducir en el centro de una gran ciudad? Te sorprendería saber cuántos conductores tienen miedo o se ponen nerviosos al conducir por la ciudad. Más que estar nervioso por su propia seguridad, puede estar preocupado por todas las cosas que tiene que tener en cuenta en un entorno urbano.
Al menos por primera vez, puede que le aterroricen los numerosos carriles, los grandes autobuses, los tranvías, los atascos y el gran número de ciclistas y peatones de ciudades como Helsinki. Hay un gran número de postes indicadores, señales de tráfico y pasos de peatones, y debe detectarlos todos a tiempo. Los conductores locales, que rezuman confianza, pueden aumentar tu sensación de inseguridad.
El tráfico intensifica las emociones
Una emoción más común que el miedo real es sentirse nervioso ante la posibilidad de que tus propias habilidades resulten inadecuadas y acabes en una situación que consideres embarazosa. Te preocupa lo que pueda pasar si te quedas atascado en medio de un cruce o si se te para el coche en un semáforo.
Un estudio revela que los hombres jóvenes consideran que salirse de un semáforo es una especie de reto, mientras que las conductoras maduras tienen una visión muy distinta de las cosas. Esto indica que hay diferentes motivos para estar en la carretera.
Cuanto más centrado esté en el rendimiento y más se exija a sí mismo, más probable es que espere de sí mismo una conducción sin errores. Esto también hace que te sientas más avergonzado si algo sale mal.
Según heavy duty speed bumps todos los conductores cometen errores en la carretera y, en muchos casos, afloran las emociones. Es fácil sentirse avergonzado si te saltas el semáforo en verde y los conductores de detrás te tocan el claxon. Cuando se pone en marcha, no puede deshacerse de esta emoción y tiende a acelerar el motor para alejarse de la incómoda situación. Esto puede tener un efecto negativo en tu capacidad para observar el resto del tráfico. En realidad, es sólo cuestión de unos segundos, y tus sentimientos de vergüenza son a menudo desproporcionados en relación con la gravedad de lo ocurrido.
Sentirse nervioso al conducir en ciudad es comprensible, ya que se trata de una situación complicada. Estás al volante de una máquina potente, codo con codo con vehículos igual de rápidos y fuertes. Al mismo tiempo, se espera de ti que interpretes decenas de símbolos y acontecimientos diferentes en cuestión de segundos. Hay cruces sin semáforos, peatones y ciclistas, y puede que tengas que circular en la oscuridad, en condiciones de humedad y en un entorno desconocido. No es de extrañar que esta situación resulte estresante.
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