
¿Acaba de adquirir una piscina? ¡Qué placer! Para que el placer dure, ahora debes mantenerlo. Limpieza de una piscina, acondicionamiento para el invierno, tratamiento del agua. Le contamos con ayuda de Anphibius todo sobre cómo gestionar mejor su piscina:
1. Simplificar la limpieza
En temporada alta, la limpieza debe hacerse al menos una vez a la semana. Escoba, aspiradora o robot: tres opciones para deshacerse de hojas, insectos y otros residuos, aumentando al mismo tiempo la eficacia de los productos de tratamiento. La limpieza manual se realiza con una red para las hojas de la superficie y una escoba para los residuos que han caído al fondo del estanque (arena, grava, etc.), pero es un trabajo largo y tedioso.
El remedio: limpieza automática con aspiradora, hidrolimpiadora o robot. A diferencia de las aspiradoras domésticas, estos aparatos de última generación funcionan de forma autónoma. Una vez conectadas al skimmer, a la toma de cepillos de la piscina o al retorno de agua, se desplazan por sí solas hasta el fondo de la piscina y aspiran la suciedad.
2. Elegir el tratamiento adecuado
La mayoría de los productos realizan varias funciones al mismo tiempo: desinfectan, combaten las algas y tienen una acción floculante. Otros también limpian el filtro, lo que resulta más económico y simplifica la tarea. Aún más prácticos son los kits que contienen todos los productos necesarios para un periodo y un volumen de agua determinados (desinfección, corrección del pH, etc.).
La función del filtro es eliminar las impurezas del agua, pero también es necesario un tratamiento preventivo. Hay cuatro soluciones disponibles. El cloro es el desinfectante tradicional. No sólo elimina las bacterias, sino también las impurezas orgánicas que no se pueden filtrar. Es especialmente eficaz cuando el pH del agua está entre 7 y 7,4. Sin embargo, tiene dos desventajas: afecta al pH y las cloramidas que contiene desprenden un fuerte olor alrededor de la piscina. El bromo es un desinfectante natural y es eficaz contra bacterias, virus y hongos, incluso a niveles de pH elevados. Una gran ventaja sobre el cloro es que es inodoro.
El oxígeno activo es uno de los mejores desinfectantes para el cuerpo humano. Al mismo tiempo, desinfecta, clarifica el agua y combate las algas. El único inconveniente es que sólo es adecuado para volúmenes pequeños, de 50 a 60 m3. PHMB. Inodoro e insípido, este polímero es eficaz en todos los niveles de pH. Ventaja: sólo se utiliza cuando se frecuenta la piscina. Inconveniente: no destruye las algas.
Es bueno saberlo. Además del tratamiento con cloro o bromo, la instalación de un ozonizador puede reducir a la mitad el consumo de productos desinfectantes, reducir la dureza del agua y prolongar la vida útil de la instalación. Este aparato, situado en la sala técnica, transforma el oxígeno en ozono y desinfecta el agua de forma natural (Clair Azur).
3. Tratamiento eficaz del agua
Durante la temporada, la piscina requiere un tratamiento semanal, o incluso cada dos días si hace mucho calor: comprobar el pH (que debe estar entre 7,2 y 7,6) y corregirlo si es necesario, esparcir floculante para clarificar el agua, desinfección, etc. Cuando no se puede estar presente todos los días, es mejor optar por desinfectantes multifuncionales de liberación lenta (ofrecidos por las principales marcas). Durante 15 días, o incluso 2 meses para los más eficaces, los guijarros difunden su poder bactericida, algicida y clarificante.
Los difusores flotantes (Marina) actúan de la misma manera, liberando poco a poco (a lo largo de 1 a 3 meses) las dosis adaptadas al tratamiento completo del agua. Sin embargo, a su regreso, será necesario un diagnóstico, posiblemente seguido de un tratamiento de choque, ya que el equilibrio del agua en una piscina es siempre inestable.
4. Mantener el agua a temperatura
Para prolongar la temporada o simplemente para aumentar el confort, se necesita un calefactor. Un calentador eléctrico. Es la solución más sencilla: el agua circula por el interior del aparato, colocado en el tubo de salida, y se calienta al entrar en contacto con las resistencias. Un intercambiador de calor. Permite calentar la piscina a partir de la caldera existente (gas o gasóleo) mediante una derivación del circuito de agua caliente.
Un intercambiador de calor garantiza un rápido aumento de la temperatura (de 1 a 2 días para el agua a 28 °C). Una bomba de calor. Extrae calorías del aire y las transfiere al sistema de calefacción de la piscina. La inversión es más cara, pero se recupera rápidamente porque, por cada 1 kWh consumido por el compresor, la bomba de calor devuelve 4 o incluso 5 kWh. Un colector solar. Con una superficie de entre el 30 y el 70% de la de la piscina (según la región, el volumen de la piscina y la temperatura deseada), el panel (Carré bleu, Clipsol) se instala en el jardín o en un tejado.
5. Subcontratación del mantenimiento
Hay dos posibilidades: suscribir un contrato de mantenimiento con la empresa de su piscina o instalar una estación de control automático. El contrato de mantenimiento. La mayoría de las empresas de piscinas ofrecen contratos a la carta: intervención simple para la puesta en marcha y el invernaje, mantenimiento semanal durante toda la temporada, entrega periódica de productos de tratamiento, etc. El coste de dos visitas al año (invernaje y puesta en marcha) puede oscilar entre 400 y 600 euros y varios miles al año para el mantenimiento semanal con controles del pH, desinfección y limpieza.
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